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viernes, 11 de diciembre de 2015

La 'capital de la revolución siria' se queda sin rebeldes

LUÍS MIQUEL HURTADO

Estambul


Este miércoles ha empezado la evacuación de milicianos opositores, y familiares, del último reducto que les quedaba en la ciudad siria de Homs. Su salida es fruto de un alto al fuego, entre alzados y gobierno sirio, en el que Naciones Unidas ha trabajado durante meses. A partir de ahora Homs, que acogió las primeras protestas masivas contra el ejecutivo del presidente Bashar Asad en 2011 y sufrió sus represalias más cruentas, queda bajo control del régimen.

A media mañana, hora local, los primeros tres buses han partido del barrio de al Waer. Iban hacia el área de Qalaat al Madiq, en la provincia central de Hama, desde donde proseguirán hacia la provincia de Idlib, bajo control opositor. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, está previsto que unas 750 personas abandones Homs este miércoles, parte del contingente de 2.000 que, se ha pactado, salgan de la ciudad a la que se llamó la 'capital de la revolución siria'.

"Deseamos lo mejor", explica un residente de al Waer a la cadena británica BBC. "¿Qué vamos a querer si no es seguridad?". Junto a muchos de los residentes, abandonan Homs todo tipo de brigadistas, algunos de ellos simpatizantes de Al Qaeda. Los milicianos que han aceptado no participar de hostilidades armadas pueden quedarse en Homs, que ahora quedará totalmente bajo control de las fuerzas leales a Damasco.

La ONU ha tardado casi dos años en forjar el acuerdo que se materializa esta semana en la tercera mayor ciudad del país. Antes, Homs había protagonizado algunos de los episodios más espeluznantes en cinco años de guerra en Siria. En 2012, tras meses de bombardeo y corte de suministros, el ejército sirio logró quitar a los alzados el simbólico distrito de Baba Amro. Posteriormente, un asedio que se cebó con la población civil castigó la ciudad vieja.

Entre febrero y mayo de 2014, fruto de negociaciones emprendidas en la cumbre de Ginebra II, se acabó con el cerco de Homs evacuando su casco antiguo. Cerca de 2.700 brigadistas y civiles salieron de allí, minados por el hambre y la falta de medicinas, a cambio del levantamiento del asedio a dos localidades del norte sirio fieles al gobierno damasceno. Parte de los evacuados se hospedaron el Al Waer, de donde a su vez salen este miércoles.

El enviado especial de la ONU para Siria, el diplomático italosueco Staffan de Mistura, ha sido un impulsor crucial de pequeños altos al fuego en Siria. Es su receta para alcanzar la paz en una guerra en la que han muerto más de 125.000 personas, según datos del Centro de Documentación de Violaciones. Los esfuerzos de de Mistura se complementan con los diálogos de Viena, en los que hay todos los países implicados en el conflicto sirio, que se reanudarán el próximo enero.

Recientemente, durante una sesión informal de la Asamblea General de la ONU, de Mistura se mostró esperanzado con la posibilidad de que algunos países "con capacidad de influir en aquellos que estás combatiendo" en Siria, que son parte en las conversaciones de Viena, "tengan interés en establecer un alto al fuego". Esta semana se reúnen en Arabia Saudí las principales facciones armadas opositoras, muchas de corte islamista, para buscar una postura común de cara a Viena.

A pesar de que estos gestos invitan al optimismo, el enquistamiento en Siria es profundo. Occidente se ha centrado, más que en resolver la pugna entre gobierno y oposición, en bombardear al auto denominado Estado Islámico (IS, en siglas inglesas), un intruso que llegó tardíamente a la guerra. Rusia también participa de las hostilidades contra el IS, pero ataca mayormente a alzados y civiles valiéndose de la premisa de que algunos opositores simpatizan con el terrorismo yihadista.

Mientras tanto, la Red Siria para los Derechos Humanos ha denunciado este miércoles que, en los últimos dos meses, las fuerzas pro Asad han lanzado contra áreas opositoras 3.173 barriles cargados de dinamita. En noviembre estos provocaron 51 muertes, entre ellas las de 16 niños. La oposición, que controla la mayor parte de Idlib, un tercio de la ciudad de Alepo y áreas medianas en las provincias de Hama, Homs y Daraa, no avanza, confrontada por las fuerzas pro Asad.

http://www.elmundo.es

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